Sala de prensa

Aprendiz de por vida

Por José Miguel Marchena, gerente de Innovación y Desarrollo de ISIL
19 de agosto de 2019

Existe en el ambiente profesional una suerte de preocupación generalizada respecto del futuro del empleo. Preocupación que, por cierto, encuentra asidero en la teoría de que los avances de la tecnología suponen también la desaparición de muchos puestos de trabajo, sobre todo, los de intermediación o funciones repetitivas en los que no habría una generación real de valor.

En una reciente conferencia organizada por Milken Institute en la que se debatió, precisamente, acerca de los desafíos del nuevo mercado laboral, se comentó que para 2022 serán 75 millones los empleos que desaparecerán o serán reemplazados por automatización, inteligencia artificial o cualquier otra solución tecnológica. Sin embargo, se indicó también que, en simultaneo, se crearan 135 millones de empleos nuevos, en donde las funciones cognitivas y otras habilidades específicas de las personas tendrán una relevancia mucho mayor.

Entonces, ¿qué podemos hacer para eludir esta eventual obsolescencia?, el aprendizaje permanente es la respuesta definitiva y la característica más destacable de este nuevo profesional. Es urgente que hoy nos alejemos de la concepción tradicional de la educación desplegada en periodos específicos de nuestras vidas, para abordarla como un hábito inmarcesible, como una rutina vital y permanente, un entrenamiento sin reparos ni descansos. Es decir, debemos aprender a ser aprendices de por vida. Aprender permanentemente, o lifelong learning como se le conoce a esta práctica en inglés, implica reconocer que el aprendizaje va más allá de los grados académicos e involucra las actividades formales e informales que de manera voluntaria asumimos –sea cual sea nuestra edad o la situación de nuestras carreras- para adquirir nuevas competencias y renovar nuestro conocimiento.

Ravi Kumar, CEO de Infosys,  lo explica de una manera muy precisa: “El cambio fundamental que se debe hacer es el de pasar a un aprendizaje permanente. Todos nosotros, cuando crecíamos, hicimos una progresión lineal desde el aprendizaje en las escuelas hasta el trabajo. Ahora tendremos que pasar a un ciclo continuo de aprendizaje a lo largo de toda la vida, lo que significa que tenemos que ser aprendices de por vida”.

“La tecnología transforma todo lo que toca” es la frase con la que me encontré en el prólogo de un libro sobre marketing digital hace unos 10 años, y en este tiempo, no hice más que confirmar que es absolutamente cierta. Sin embargo, es imprescindible comprender que este poderoso impacto no solo se produce en las industrias, empresas u organizaciones, también hay un efecto en los profesionales. Pongamos cuanto antes en agenda nuestro propio proceso de transformación, emprendamos el camino de una verdadera transformación profesional.  El aprendizaje permanente es, sin lugar a dudas, un gran atajo para lograrlo.