9 de Noviembre del 2022
El pasado 26, 28 y 29 de octubre, AmCham Perú realizó con éxito una nueva edición de su Foro Económico. Éste contó con la presencia de importantes funcionarios públicos como Julio Velarde, presidente del BCRP, Pedro Francke, ministro de economía, y analistas del mercado. La Cámara tuvo la oportunidad de conversar con Alexander Müller –Head of Andean, Central America & Caribbean Economics de Bank of America–, quien dio detalles acerca de la recuperación latinoamericana y centroamericana en materia económica, perspectivas de inversión para el 2022, y las variables clave para el buen desempeño.
La crisis sanitaria y económica golpeó a la región latinoamericana muy fuerte; acentuado por las fallas estructurales, informalidad, entre otros factores. ¿Cómo has visto la recuperación durante este año? ¿Qué países han destacado y por qué?
Los cinco países donde vemos una recuperación del PBI mas rápida en 2021 son Chile, República Dominicana, El Salvador, Panamá, y –a pesar de la incertidumbre política – el Perú. Chile es el país que está vacunando de manera más efectiva en toda la región. Casi el 80% de su población ya está vacunada contra el COVID-19; lo que permite una mayor flexibilidad en la reapertura de los sectores económicos. Además, tienen un estímulo fiscal muy grande (mayor incluso al de 2020), y las tres rondas de retiros de AFPs han liberado US$ 50,000 millones para la gente; lo que también está creando un sobrecalentamiento de la economía con mayor inflación. Sin embargo, el efecto expansivo de los retiros de AFPs es temporal. En el largo plazo significa que habrá menos ahorro para financiar proyectos de inversión. Es una política dañina para el crecimiento potencial.
Republica Dominicana fue la economía que más creció en América Latina en el 2018 y 2019. El país venía con una dinámica muy robusta antes de la pandemia. En 2021 están teniendo una recuperación impresionante del turismo. Fueron proactivos en reabrir los aeropuertos desde el primero de julio del 2020. Asimismo, el gobierno avanza en la agenda de reformas estructurales. Por ejemplo, están implementando una reforma de electricidad que generará ahorro fiscal, aumentará los incentivos para invertir en el sector eléctrico, y terminará reduciendo la estructura de costos de las empresas del país.
La aceleración en El Salvador es más coyuntural y se debe a un factor puntual: la sensibilidad a la economía de EEUU. La fuerte expansión en EEUU, impulsado por el estimulo fiscal a las familias, ha generado un aumento tremendo en las remesas. No hay ningún país en América Latina donde las remesas pesen más que en El Salvador. El flujo asciende a 24% del PBI. En América Latina el peso promedio es 7% del PBI; y en Sudamérica no llega ni a 3%. El 90% de las remesas de El Salvador vienen de EEUU; y hay alrededor de 3 millones de personas de origen salvadoreño en EEUU, comparado con una población de casi 7 millones.
Panamá tuvo un 2020 durísimo. El PIB cayó 18% y el desempleo se fue a 20%, en un país donde el desempleo rondaba el 5% en promedio. Hay en efecto base tremendo en 2021, por supuesto, pero ésta también es una economía con muchas fortalezas estructurales. No es una coincidencia que Panamá haya sido el país de Latinoamérica que más creció en promedio en los últimos 30 años. Yo le veo por lo menos seis fortalezas.
- Es el país más integrado al comercio internacional en toda la región. El indicador de apertura comercial –es decir las exportaciones + las importaciones de bienes y servicios, como proporción de la economía– llegan al 100% del PIB. En otras palabras, si la economía mundial se acelera, Panamá se beneficia tremendamente.
- Las tasas de ahorro e inversión son más comparables a la de los tigres asiáticos que los países latinoamericanos.
- El crédito del sistema financiero al sector privado asciende a casi 100% del PIB, lo que significa que hay una amplia disponibilidad de crédito para financiar inversión. En contraste con países como Argentina donde hay escasez de crédito (15% del PIB).
- Es probablemente la economía mas diversificada de América Latina, tal vez con México. Exportan servicios, como el Canal, servicios portuarios y logísticos, servicios financieros, la segunda zona de libre comercio mas grande en el mundo (después de Hong Kong), telecomunicaciones y turismo. Adicionalmente, acaban de agregarle un nuevo motor de crecimiento a su economía: la minería. Hace 3 años, Panamá exportaba literalmente cero de minería; y en el 2021 llegarán a US$ 3,000 millones (5% del PIB).
- Tienen el PIB per cápita mas alto de la región, lo cual reduce la conflictividad social.
- Tienen estabilidad política. Solo tres partidos han gobernado Panamá desde la caída de Noriega a fines de los ochenta, y los tres tienen una postura favorable a la inversión privada.
En el Perú, la aceleración también responde a un efecto base; pero claramente también hay una incidencia de las políticas macroeconómicas expansivas (fiscales y monetarias) y términos de intercambio –cociente entre precios de exportación e importación– muy altos; más altos que en la cúspide del boom de commodities hace 15 años.
Pienso que los analistas en el Perú están subestimando lo potente que pueden ser los términos de intercambio para impulsar el crecimiento el próximo año. Dudo mucho que la inversión privada caerá a doble digito; pienso que va a crecer, por lo menos un poquito. A menos que el crecimiento en China se desinfle mucho y eso termine afectando los precios de los metales. La incertidumbre política sin duda afecta la confianza empresarial y eso es negativo para la inversión privada. Pero en Ecuador, por ejemplo, cuando el petróleo estaba alto, la inversión crecía fuertemente, aun mientras el gobierno de Correa tenia acciones muy erráticas de política económica.
El Perú, a pesar de los altibajos, se mantiene como uno de los países con la menor tasa la inflación, buen crecimiento del PBI (mes a mes) y sigue avanzando con el proceso de vacunación. ¿Cómo son percibidos dichos resultados en el extranjero? ¿Qué explican las cifras macroeconómicas de otros países de la región?
No hay una “safe haven” en América Latina en este momento. Todos los países están enredados en diferentes tipos de problemas. El Perú todavía mantiene la segunda mejor calificación de crédito de la región. Eso le da estabilidad al tipo de cambio, evita que los intereses suban para gobierno, empresas y familias, y evita la fuga de capitales. Mucho tiene que ver con la fortaleza fiscal. Al final del día, lo que las calificadoras miran es la capacidad de un país de repagar su deuda. Los países que pierden el grado de inversión suelen tener estos problemas que comento. En Brasil, el tipo de cambio era casi exacto al de Perú por allá en el 2017 –3 soles por dólar o 3 reales por dólar–. Hoy el tipo de cambio de Brasil está casi en 6.
¿Qué factores serán los drivers de crecimiento y/o de decisiones de inversión durante el 2022? ¿Cómo ves la supuesta ralentización de la economía china y el resultado del último trimestre?
Creo que el efecto de los precios de metales va a neutralizar el debilitamiento de la confianza empresarial. Veo a la inversión privada creciendo 1% en el 2022; no cayendo a doble dígito como dicen muchos analistas. La manera en que los metales condicionan el crecimiento económico no se limita a la inversión minera. Creo que es un error común asumir que ese es el único canal de transmisión. Si suben los precios de metales, sube el ingreso disponible del país, hay más ingresos para consumir e invertir –no sólo en el sector minero–, el Estado recauda más, hay más municiones para la política fiscal, y las empresas pagan los atrasos a proveedores. Hay toda una reacción en cadena. Además, la inversión privada suele ser una variable bastante cíclica.
Si los empresarios peruanos ven el PBI creciendo a doble dígito en 2021 y la demanda interna recuperándose, se van a ver tentados a invertir más. Creo que la gran mayoría apostaría por su país, antes que llevar sus inversiones a otro mercado que no conocen y que posiblemente sea más competitivo. Ese es un riesgo importante. Uno puede ver, en los datos de la balanza de pagos, que la inversión directa de empresas peruanas en el exterior es muy pequeña, no mueve la aguja de la estabilidad macroeconómica. No es una presunción, sino un dato. Los números muestran que hay un sesgo a invertir localmente, en contraste que algunos países más grandes de la región cuyas corporaciones multilatinas se han internacionalizado y/o expandido más.
Si la economía china se ralentiza mucho y eso derrumba los precios de los metales eso cambiaria el panorama, definitivamente. Pero no ha ocurrido. El gobierno chino tiene una gran espalda financiera y flexibilidad para tomar acciones. Aunque es muy difícil prever lo que ocurrirá ahí.