11 de Enero del 2021
Ya hemos escrito sobre lo importante que es la infraestructura en el Perú, tanto para abastecer necesidades básicas, como para promover el desarrollo.
Muchos piensan que la forma de promover la infraestructura es identificar a posibles interesados y visitarlos en un Road Show. En realidad, es mucho más que eso. En gran parte depende de la trayectoria que ha tenido el país, lo cual debe generar confianza entre los inversionistas. Ellos tendrán especial interés en lo siguiente:
1. Estabilidad Jurídica y Reglas Claras. Dado que la infraestructura se concesiona por 30 años o más, las normas deben estar claras para todos los años de la concesión. Si estuviéramos en un país donde las normas se cambian constantemente, no habría confianza para invertir. Un claro ejemplo de esto es la abolición de los peajes, que además de generar desconfianza por el cambio de reglas de juego, claramente tendrían que ser cubiertos por quien otorga la concesión, es decir, por el Estado, la Región o la Municipalidad. Así, es fácil deducir que una supresión de los peajes estará financiada por los impuestos que pagamos todos los peruanos y no necesariamente por los que usan el servicio.
Es importante aclarar que no basta con tener un contrato preciso y claro, con todos los detalles que correspondan. Necesitamos también un Poder Judicial imparcial y justo, que pueda decidir cualquier diferencia entre las partes o, en su defecto, una cláusula incluyendo un centro arbitral de prestigio.
2. Entes Reguladores Sólidos y Confiables. Son los reguladores (Ositran, Osinergmin, etc.) los que fiscalizan el buen “comportamiento” de los operadores de infraestructura, como del gobierno y de los usuarios. Ellos deben mostrar una trayectoria impecable y objetiva, sin beneficiar a unos (por ejemplo, al gobierno) en perjuicio de otros, de acuerdo con la ley y los contratos.
3. Aspectos Ambientales y Sociales. Es indispensable que los operadores de infraestructura cumplan con las normas ambientales y sociales del proyecto. Asimismo, es importante que las comunidades y autoridades de la zona de influencia del proyecto entiendan de los beneficios que trae dicho proyecto, tanto para ellos como para el país. Por ello, es conveniente que se explique los beneficios antes, durante y después del proceso de construcción y operación; y que los representantes de las comunidades acompañen a la empresa en sus monitoreos periódicos, para generar confianza.
Sabemos que los proyectos de infraestructura requieren la aprobación de Estudios de Impacto Ambiental (EIA) para iniciar la construcción de este. Pero ¿sabemos que esos estudios toman un promedio de 2 años en ser elaborados y aprobados? Sería ideal reducir estos plazos. En todo caso, asegurémonos que, tanto durante esos 2 años, como durante la construcción y operación del proyecto, no cambien las condiciones del proyecto, ni las del país.
4. Fuentes de Financiamiento. Está claro que toda infraestructura requiere financiamiento, por lo menos para su construcción. Ya hemos mencionado en un artículo anterior que la principal fuente de financiamiento para infraestructura privada son los fondos de pensiones, los cuales son prestados a los concesionarios generando un interés para el ahorrista. Cuidemos estos fondos que permiten financiar nuestra propia infraestructura.
Aprovecho para insistir que los grandes proyectos mineros, petroleros, de irrigación, etc. contribuyen a la generación de infraestructura necesaria para el país y benefician a las comunidades aledañas. Apoyemos un manejo responsable de estos proyectos para que nos ayuden a salir adelante.
No podemos dejar de lado la promoción de la infraestructura pública, la cual atiende primordialmente escuelas y centros de salud. ¿Cómo promoverlas? Pues mejorando la recaudación tributaria para obtener fondos para su financiamiento, a través de promover la inversión privada que genera renta y fuentes de trabajo.