Martes 27 de febrero del 2024
La economía peruana cayó 0.6% en el 2023 debido a una serie de factores que incluyen shocks de oferta —como los conflictos sociales y el impacto de las disrupciones climáticas—, una alta inflación y la desaceleración de los empleos formales. El resultado del 2023 es el peor desde 1990, año en el que el PBI cayó 5%, siempre y cuando no se considere la caída de 11% durante la pandemia.
Los malos resultados se replicaron en variables como la inversión privada y el consumo privado, motores de la economía que tienen incidencia en otras variables clave como el empleo o sectores como la manufactura y comercio. En términos nominales, el consumo privado representa 65% del PBI mientras que la inversión llega al 20%, por lo que un mal resultado de ambas se vería reflejado en el resultado económico total, situación que se dio el año pasado.
En el caso del consumo privado, la variable creció solo 0.1%, su aumento más bajo desde 1999; año en el que la variable tuvo una caída de 1.4% (Ver gráfico). El mal desempeño del consumo se debe principalmente a la alta inflación que se vivió durante la gran parte del 2023. Además, la menor creación de empleos —por la caída de sectores como construcción y agricultura— también explica el mal resultado.
La inversión privada, por su parte, cayó 7.2% en el 2023; su peor resultado desde 1999 (Ver gráfico). Si bien la variable ha caído múltiples veces en el periodo analizado, la magnitud no ha sido tan alta como la de los años previamente mencionados. La caída de más de 10% de la inversión minera —que representa casi 11% del total de inversiones— sumada a la creciente desconfianza empresarial son algunos de los factores que explican el mal resultado.
Tras el mal resultado del año pasado, se espera que ambas variables mejoren este año. Para el caso del consumo privado, la recuperación del empleo en sectores como agricultura o construcción será clave para su mejora. Además, con una inflación que está cada vez más cerca al rango meta —3.02% en Lima metropolitana según el último informe de precios— llevarían a que la variable crezca 2.7% este año según proyecciones del Banco Central de la Reserva (BCRP).
Por último, la inversión privada rebotaría este año y crecería 1.8% según la institución. La recuperación vendría por la inversión no minera, es decir la inversión en proyectos de construcción, logísticos y malls. Sin embargo, para que la variable vuelva a crecer a niveles exponenciales, es necesario el ingreso de un nuevo gran proyecto minero como Tía María que tenga un efecto dinamizador en nuestra economía.
La recuperación del consumo e inversión privada serán clave para asegurar el crecimiento proyectado de 3% por parte del BCRP. A medida que la confianza empresarial y del consumidor vayan recuperándose, el aumento de estas variables será mayor. En caso los incrementos superen a las proyecciones podríamos experimentar un crecimiento superior al 3% pero para eso se deben dar señales de incentivo como podría ser solucionar el problema de PetroPerú o sacar adelante grandes proyectos como Tía María.