Lunes 29 de abril del 2024
El pasado 25 de abril, la calificadora de riesgo S&P Global Ratings bajó a BBB- la calificación crediticia del Perú por la actual incertidumbre política que está teniendo repercusiones en el crecimiento económico. Pese a la reducción, la agencia estima una recuperación moderada del PBI para este año y el próximo.
En ese sentido, la mayor preocupación es la situación política. «Un congreso fragmentado y el limitado capital político del gobierno pesan sobre la confianza de los inversionistas del sector privado y suponen un costo de oportunidad para el crecimiento, lo que limita la capacidad de Perú para reconstruir espacio fiscal», indicó la calificadora en un comunicado.
El mal manejo político ha generado presiones innecesarias sobre el déficit fiscal. Ello ha llevado a la promulgación de leyes como el séptimo retiro del fondo de pensiones —cuya aprobación ni fue observada por el Ministerio de Economía y Finanzas— o a la aprobación de nuevos préstamos como la emisión de bonos por parte de la Municipalidad de Lima, lo que implicaría un sobreendeudamiento de la entidad.
Las inversiones BBB- son consideradas de riesgo moderado y se presentan como el último grado de inversión. La siguiente calificación en el escalón son las inversiones BB+, las cuales son consideradas de riesgo especulativo o bono basura. El hecho de ser calificado como bono basura sería perjudicial para la macro y microeconomía, ya que implicaría un aumento considerable en el costo de endeudamiento.
Según un artículo de Infobae, esta no sería la primera vez que S&P ha asignado esta calificación a nuestro país. Hay dos antecedentes: el primero fue en el 2008 durante el mandato del ex presidente Alan García y la segunda ocasión fue en agosto del 2011, pocos meses después de que el ex presidente Ollanta Humala asumiera el poder.
La baja de la calificación crediticia afectará el desempeño empresarial y macroeconómico de nuestro país. Por ello, es clave recuperar la confianza empresarial e insistir a las autoridades un manejo fiscal más responsable. De caso contrario, el Perú se jugaría el riesgo de perder el grado de inversión.