Lunes 27 de Setiembre del 2021
La semana pasada (domingo 19 y lunes 20 de setiembre), AmCham Perú, en coordinación con otras instituciones, lideró la realización de dos eventos dentro de la gira del presidente Pedro Castillo a los Estados Unidos. En dichos eventos, el presidente se reunió con importantes ejecutivos y representantes de empresas americanas, embajadores, ministros de Estado, entre otros. Durante los eventos, se compartieron ideas del rol del sector privado para la reactivación económica, reducción de brechas y, asimismo, se expresó la preocupación entre las contradicciones (e idas y venidas) dentro del ejecutivo y el mensaje que se transmite al exterior.
En esta oportunidad, compartimos el resumen del segundo discurso de Aldo R Defilippi, director ejecutivo de AmCham Perú, en el almuerzo del lunes 20 de setiembre.
«El Perú es un país de ciudadanos resilientes, emprendedores y creativos. Por años, hemos sido el país de mayor crecimiento de Latinoamérica y, hasta antes de la pandemia, habíamos conseguido reducir la pobreza a 20%. Sin embargo, el COVID ha generado una crisis sanitaria y económica sin precedentes, que ha desnudado las incuestionables falencias de nuestro sistema de salud y ha evidenciado las enormes brechas existentes aún en nuestro país.
La incapacidad del Estado para cubrir las necesidades mínimas de la población, como salud, educación o infraestructura básica, sumada a los numerosos escándalos por corrupción que han salpicado a gran parte de nuestros gobernantes, funcionarios públicos y a un buen número de empresas, ha mellado profundamente la confianza de los ciudadanos en las instituciones en su conjunto.
El presidente Castillo encarna las expectativas de la población que busca un cambio que les permita acceder a oportunidades reales de crecimiento y desarrollo. Un cambio que garantice su acceso a sistemas de salud y educación de calidad, como lo establece la Constitución actual. Un cambio que les permita reactivar su economía, impulsando políticas que logren el acceso a la formalización y a encontrar puestos de trabajo con todos los beneficios que exige la ley, sacándoles de la informalidad.
Identificamos en el discurso del presidente Castillo esta preocupación por poner el foco en reducir las brechas que dejan a millones de peruanas y peruanos fuera de la senda del desarrollo, sin oportunidades de futuro. Su objetivo es legítimo, justo y necesario para el progreso del país y los empresarios compartimos dicho objetivo.
Pero, para poder hacerlo realidad, para poder invertir en el Perú, para poder arriesgar capitales, generar empleo, crear riqueza y contribuir con el financiamiento de las necesarias medidas que el Gobierno quiere llevar a cabo, requerimos un clima de confianza que ofrezca garantías y seguridad jurídica a aquellos que quieren apostar por el Perú.
Este año venimos celebrado el bicentenario de la independencia de nuestro país. Las relaciones entre Estados Unidos y Perú se remontan 195 años, casi desde nuestro nacimiento como república. A lo largo de todo este tiempo se ha establecido una relación de amistad y cooperación basada en el libre comercio entre ambos países, la consolidación de las instituciones democráticas y el respeto por la seguridad jurídica y los derechos humanos.
El acuerdo comercial que mantenemos con Estados Unidos desde hace 12 años ha permitido que las exportaciones de nuestro país aumenten un 8.2%, incluso en momentos de crisis mundial. Estados Unidos es el segundo socio comercial más importante del Perú y su liderazgo ha sido notorio, aún en condiciones adversas. El Tratado de Libre Comercio ha permitido que, desde 2009, las exportaciones peruanas tengan una tasa de crecimiento anual promedio del 2.3%. Estas exportaciones se han traducido en una mayor cantidad de empleo de calidad y oportunidades para miles de familias peruanas en el entorno rural.
Pero, lo más importante, es que es el tratado permite la exportación de la mayor cantidad de partidas arancelarias, que la casi totalidad de estos productos tienen alto valor agregado, incorporan mucha mano de obra, y la mayor parte de empresas beneficiarias son PYMES peruanas. De otro lado, es el tratado que nos permite importar libre de impuestos la mayor cantidad de tecnología, bienes de capital e insumos para que nuestra industria pueda exportar a otros países, obteniendo así, una balanza comercial positiva con el resto del mundo.
El acuerdo comercial, además, ha permitido que se abra camino para otros tratados que luego ha suscrito Perú, mejorando aspectos de regulación, facilitación de comercio, comercio electrónico, servicios financieros y sobre todo aspectos laborales y ambientales. La implementación de estos compromisos internacionales ha logrado que se estandaricen las medidas que mejoran la eficiencia del Estado y benefician económicamente a los ciudadanos.
El deterioro de la confianza en el país, causada principalmente por la incorporación en puestos clave de organismos técnicos a personas con serios cuestionamientos, que no están preparadas para ello, así como las constantes declaraciones de miembros del partido Perú Libre y algunos miembros del Gobierno en contra de la libertad de mercado, están disparando el tipo de cambio, causando el alza de los precios de todos aquellos productos que requieren insumos importados y generando mucha incertidumbre.
Podemos caer en una espiral de desconfianza desde la cual va a resultar imposible reactivar la economía, atraer capitales, reforzar el sistema de salud, invertir en mejorar la calidad de nuestra enseñanza, o en desarrollar la infraestructura.
Todo esto tiene un impacto directo en el bienestar de la población más vulnerable, que no puede vivir para siempre de bonos. Necesita oportunidades, empleo de calidad y un Gobierno que busque generar alianzas con el sector privado y que luche por incorporar al desarrollo a las zonas más necesitadas.
Coincidimos en la urgencia de trabajar arduamente para reducir las brechas y lograr un país más inclusivo, justo, equitativo y próspero. Le proponemos, señor presidente, abrir un espacio de confianza y respeto mutuo que nos permita construir desde aquello que nos une. Y le pedimos que de las señales correctas para que esa confianza, tan necesaria para el Perú, sea posible.»