Viernes 25 de julio del 2025
En Latinoamérica, el desafío de atraer talento dejó de ser una preocupación puntual para convertirse en una prioridad estratégica. Según el “Market Research 2025”, elaborado por Pandapé y Computrabajo, más de la mitad de las empresas detecta una escasez creciente de candidatos calificados, mientras que el 49% de los empleados abandonan sus puestos por temas salariales y el 53% de los reclutadores reconoce que los procesos de selección tardan demasiado.
En este escenario tan vertiginoso en el mercado laboral de la región, la Inteligencia Artificial (IA) no solo representa una ventaja, sino una necesidad urgente para quienes buscan mantenerse competitivos.
Y es que la IA se perfila, cada vez con mayor fuerza, como un aliado clave para agilizar el reclutamiento, automatizar tareas operativas, filtrar currículums con mayor precisión y, en suma, mejorar la experiencia del candidato. Por esta razón, considero que el verdadero riesgo no está en implementarla, sino en quedarse atrás. De hecho, el 76% de las organizaciones quedarán rezagadas si sus equipos de RRHH no la implementan en los próximos 2 años, de acuerdo con proyecciones de Gartner. Estamos frente al punto de no retorno.
Candidatos perfectos a partir de la IA
El uso de la IA tiene distintos rubros, entre los que destacan los algoritmos de aprendizaje automático, herramientas de procesamiento natural y sistemas de recomendación. En concreto, la popularización de ChatGPT en el caso del procesamiento de lenguaje natural (NLP) permitió a los candidatos de la era digital optimizar la redacción de sus CVs, haciéndolos “perfectos”.
Por su lado, los reclutadores comenzaron a utilizarla, junto a otras soluciones, para optimizar la redacción de vacantes y hacer match. Sin embargo, este encuentro debe asumirse de manera estratégica, donde es clave filtrar esos perfiles y comprobarlos. En este proceso es importante ir más allá y, de la mano de la IA, mejorar la aplicación de pruebas psicométricas, evaluación de las capacidades cognitivas y rasgos de personalidad, así como las verificaciones de referencia.
Miedo al reemplazo y ética de la IA
Pese a que la mayoría de organizaciones está de acuerdo con sus beneficios por encima de los riesgos, sólo el 22% están comprometidas. Esta barrera parte de una serie de percepciones, a menudo erróneas, como que nos quitará el trabajo, se volverá “sensible” o se usará con fines maliciosos. Sin embargo, la realidad es que esta solución sólo es útil si está asociada a la expertise humana.
Para evitarlo es necesario contar con un manual ético para su uso e implementación. A este listado de buenas prácticas se suma la experiencia de los profesionales de RRHH. De hecho, y de acuerdo con el Dr. Iván Meza, investigador Asociado, IIMAS y UNAM, la IA puede complementar las habilidades humanas para hacer que el trabajo sea más eficiente y productivo, sin sesgos o posible discriminación, lo cual también repercute en una compañía más inclusiva.
Ahora bien, una vez permite eliminar las tareas repetitivas, esto se traduce en un ahorro de tiempo que se puede dedicar a aspectos más estratégicos, como, por ejemplo, personalizar la experiencia de los candidatos, trabajar en acciones para asegurar su retención en el largo plazo y mejora de clima laboral.
La evolución de la IA no solo optimiza tareas, sino que redefine todo el proceso de reclutamiento, superando el temor al reemplazo. La IA se posiciona como una aliada para impactar más allá, donde su capacidad para tomar mejores decisiones la consolida en el centro de la atracción del capital humano en la era digital. La tendencia creciente de utilizarla, combinada con la experiencia de los profesionales de RRHH, emerge como la fórmula exitosa para contratar y potenciar a los mejores profesionales.
En conclusión, no se trata de elegir entre personas o máquinas, sino de construir una sinergia donde la tecnología haga el trabajo duro y el talento humano aporte visión, empatía y estrategia desde RRHH. Porque, en el futuro del trabajo, la IA no elimina puestos: elimina excusas.