Lunes 18 de noviembre del 2024
*Traducción extraída de la página de la embajada de EEUU en Perú. Para ver la versión en inglés (la más fidedigna según la embajada), puede ver el siguiente link.
Buenas tardes. Buenas tardes a todos. Y muchas gracias por permanecer aquí. Entiendo que soy lo único que se interpone entre la mayoría de ustedes y un “pisco sour”, así que les estoy muy agradecido. Y quiero dar las gracias especialmente a todos nuestros amigos peruanos por su increíblemente cálida bienvenida, y también por casi 200 años de asociación diplomática, y por supuesto por acoger esta importante cumbre por tercera vez.
También quiero dar las gracias a los líderes empresariales que están hoy aquí y que cada día siguen innovando e invirtiendo en sus comunidades. Sus esfuerzos, junto con los de los trabajadores, la sociedad civil y otros, han sido y seguirán siendo la fuente última del dinamismo de esta región y el motor de su progreso.
Y deseo felicitar al Centro Nacional para APEC por los 30 años que lleva reuniendo a líderes gubernamentales y del sector privado de toda la región de Asia-Pacífico para que trabajen juntos a fin de afrontar los desafíos y promover el crecimiento.
Cuando el Presidente Biden tomó posesión de su cargo hace cuatro años, el Retiro de los Altos Funcionarios de APEC se celebró virtualmente. COVID había trastornado todas nuestras economías. Las cadenas de suministro mundiales se estaban descomponiendo. Fuerzas poderosas, desde la automatización hasta los algoritmos y la inteligencia artificial, estaban transformando vidas y medios de subsistencia. Y, por supuesto, la crisis climática se estaba acelerando, con huracanes, sequías, incendios forestales y otras perturbaciones más frecuentes e intensas.
Era un momento que exigía un reequilibrio fundamental de nuestro enfoque de la interdependencia económica y tecnológica, para garantizar que fuera una fuente de fortaleza, no de vulnerabilidad.
Para aprovechar los beneficios y las promesas de la apertura y la innovación, y al mismo tiempo estar más atentos a la dislocación y los riesgos, desde la desigualdad a las preocupaciones climáticas y medioambientales, pasando por la interrupción de recursos estratégicamente vitales como los minerales críticos.
Así que en Estados Unidos empezamos haciendo inversiones históricas en nuestra propia competitividad.
Con apoyo bipartidista, aprobamos una legislación histórica para mejorar las infraestructuras, impulsar las industrias y tecnologías del siglo XXI, recargar la base manufacturera de Estados Unidos, impulsar la investigación y liderar la transición energética mundial.
Al mismo tiempo, en todo el mundo, hemos reimaginado, aportado nueva energía, revitalizado, fortalecido y entretejido nuestras alianzas y asociaciones de nuevas maneras para tratar de promover una visión cada vez más compartida de un futuro más libre, más abierto, más seguro, más próspero, más resiliente y más conectado.
Aquí, en Asia y el Pacífico, hemos impulsado la cooperación trilateral con Japón y Corea. Hemos estrechado lazos con la Cuadrilateral (QUAD), India, Japón y Australia y con ASEAN. Hemos incrementado el nivel de nuestras relaciones con Vietnam e Indonesia.
Lanzamos el Marco Económico Indopacífico, que reúne a 14 países, alrededor del 40 % del PIB mundial; para crear cadenas de suministro más seguras, luchar contra la corrupción y hacer la transición a energías limpias.
Hemos intensificado nuestro compromiso con APEC, recibiendo a muchos de ustedes en San Francisco el año pasado, donde conseguimos nuevos e importantes compromisos para crear un futuro más resiliente y sostenible para todos nosotros, como el fortalecimiento de nuestros sistemas alimentarios y el aumento de la participación económica de la mujer. Y, por cierto, si llegáramos al punto de tener una participación igualitaria de las mujeres en la fuerza laboral mundial, añadiríamos hasta 28 billones de dólares a nuestro PIB colectivo. Imaginen lo que podríamos hacer con esos recursos.
Ahora estamos poniendo en marcha el programa APEC-RISE, con una inversión inicial de 4 millones de dólares; para seguir avanzando en las prioridades del año en que Estados Unidos fue anfitrión.
En el Hemisferio Occidental, nuestra Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas se ha unido para profundizar en la integración económica, centrarse en la lucha contra la desigualdad y tratar de ofrecer mejores resultados a los trabajadores de toda la región.
Una docena de países, entre ellos Perú, ya se han unido a esta iniciativa, que está diseñada para recibir en ella a más países en los próximos años
También hemos realizado nuevas inversiones en infraestructuras de alta calidad y no perjudiciales para el medioambiente a través de nuestra Asociación para la Infraestructura e Inversión Mundiales. En última instancia, esta asociación desencadenará 600.000 millones de dólares de capital privado para financiar proyectos sostenibles de primera categoría.
Por poner un ejemplo, a principios de este año, Estados Unidos, Filipinas y Japón se unieron y anunciaron el Corredor Económico de Luzón para construir vías férreas y puertos que unirán zonas económicas de gran impacto en Filipinas, incluidos centros de agroempresas y fabricación de chips.
Y nos unimos a Japón, Australia y otros socios para lanzar la Red Punto Azul, con el fin de promover inversiones de alto nivel que apoyen, en lugar de explotar, a las comunidades y países donde se establezcan los proyectos.
La región Asia-Pacífico lidera el mundo, como todos ustedes saben, en el desarrollo y despliegue de semiconductores, inteligencia artificial, energía limpia y otras innovaciones que están dando forma a nuestro futuro. Hemos trabajado para construir un ecosistema tecnológico más fiable, más inclusivo, más resiliente y más sostenible.
Por medio de la bipartidista “Ley CHIPS y Ciencia” (CHIPS and Science Act), creamos un fondo para apoyar a nuestros socios, desde Vietnam a México o Kenia, en el desarrollo de su capacidad para ensamblar, probar y empaquetar semiconductores.
Nos asociamos con Australia, Japón, Nueva Zelanda y Taipéi Chino para instalar cables submarinos que ampliarán el acceso digital a 100.000 personas en las islas del Pacífico.
Y hemos visto cómo esta visión común y su avance pueden beneficiar a la población de Estados Unidos y de toda la región.
En 2021, las empresas estadounidenses ya habían invertido más de 1,4 billones de dólares en las economías de APEC, lo que convierte a Estados Unidos en la mayor fuente de inversión extranjera directa dentro de APEC.
Mientras tanto, las economías de APEC han invertido 1,7 billones de dólares en Estados Unidos, desde energías limpias hasta semiconductores, apoyando 2,3 millones de empleos estadounidenses.
Estas cifras aumentan cada día. Han crecido cada año desde entonces, crecen cada día, y creo que muestran una historia increíblemente importante, y quizá una que no contamos con suficiente frecuencia. La inversión extranjera directa puede ser la mejor medida de la confianza en el futuro. El sector privado no va a poner su dinero sobre la mesa sin esa confianza. Estoy muy orgulloso de que hayamos convertido a Estados Unidos en el principal receptor, y el principal proveedor, de inversión extranjera directa del mundo.
Ahora, aquí mismo en Perú, el comercio bilateral ha crecido un 130 por ciento desde la firma del Acuerdo de Promoción Comercial Perú–Estados Unidos, de 9.100 millones de dólares en 2009 a más de 21.000 millones de dólares el año pasado. Las exportaciones de Perú a Estados Unidos, incluyendo las de más de 1.500 pequeñas y medianas empresas, apoyaron más de 1,1 millones de empleos peruanos el año pasado, el más alto generado por cualquiera de los socios comerciales de Perú.
También hemos demostrado que promover la prosperidad y proteger nuestro medioambiente pueden ir de la mano. Gracias a la Ley de Reducción de la Inflación, hemos realizado la mayor inversión de la historia en energía limpia en cualquier lugar y en cualquier momento del mundo.
Hemos cuadruplicado la financiación para el clima destinada a los países en desarrollo. Hemos ayudado a más de 500 millones de personas a gestionar los efectos del cambio climático.
Por medio de la Iniciativa para una Transición Energética Justa que acaba de poner en marcha APEC, estamos trabajando para garantizar que más comunidades obtengan los recursos y las herramientas que necesitan para mitigar la crisis climática y adaptarse a ella.
También hemos trabajado para incluir a comunidades desfavorecidas e infrarrepresentadas, como las mujeres y las niñas, las comunidades indígenas y los trabajadores de la economía informal.
Agradecemos a grupos como el Consejo de Asesoramiento Empresarial de APEC que dan prioridad a este trabajo y desafían tanto a los gobiernos como al sector privado a hacer más para ampliar las oportunidades.
No solo porque es lo correcto, sino porque nuestra región, nuestras economías, son más fuertes y más estables cuando liberamos el potencial de todo nuestro pueblo.
Y en última instancia, todo esto se reduce a eso: nuestra gente. Sus necesidades. Sus aspiraciones.
Y ahí es donde están ustedes.
Su compromiso, su liderazgo, determinará si podemos seguir avanzando hacia una región más fuerte, más próspera, más equitativa y más resiliente.
Y podemos verlo cuando una empresa está capacitando de nuevo y mejorando las cualificaciones de los trabajadores del sector tecnológico en toda la región Asia-Pacífico.
Podemos verlo cuando una empresa minera se asocia con su sindicato para invertir en el suministro de agua potable a comunidades remotas.
Podemos verlo cuando hay un empresario cuya innovación permite transportar mercancías por toda la región de forma más eficiente y con menos emisiones de carbono.
Tanto si es una empresa de las “500 de Fortune” como una pequeña empresa, mi solicitud es sencilla: Continúe participando.
Comparta ideas y prácticas óptimas con sus colegas de toda la región.
Asóciense unos con otros, inviertan unos en otros, aborden prioridades comunes, y háganlo juntos.
Ayúdenos a seguir forjando un futuro que una a más personas, que sea más inclusivo, más sostenible, más abierto y que ofrezca más oportunidades a los habitantes de esta región que compartimos y de todo el mundo.
Les agradezco su participación. Les agradezco su compromiso. Les agradezco el trabajo que hacen cada día para hacer un lugar mejor de esta región que compartimos y del mundo que compartimos. Tenemos estos encuentros, como el de APEC, que son increíblemente importantes. Concentran las inteligencias. Concentran el enfoque. Pero lo que es importante un día es sobrepasado por lo que ocurre en los 364 días siguientes, y contamos con todos ustedes y con las asociaciones que hemos establecido y que seguimos construyendo, particularmente entre los sectores público y privado, para que nos impulsen hacia adelante.
Muchísimas gracias a todos. Gracias.