Lunes 8 de septiembre del 2025
En un entorno empresarial altamente desafiante, el avance de la inteligencia artificial y las mayores exigencias normativas han contribuido a que las organizaciones peruanas enfrenten una creciente exposición a riesgos de integridad corporativa. Actualmente, la corrupción, el lavado de activos, la libre competencia y el fraude son percibidos como los mayores riesgos para el éxito a largo plazo de las compañías, según reveló el reciente Estudio de gobierno, gestión de riesgos y auditoría interna de EY Perú.
“Si bien cada sector tiene sus propias particularidades, estos riesgos afectan a todas las industrias y deben ser gestionados con rigurosidad. La corrupción vinculada con funcionarios públicos continúa siendo una de las principales amenazas y de las más difíciles de erradicar en las empresas del país. Otros riesgos que deben ser gestionados son el lavado de activos, el fraude y los relacionados con la libre competencia”, señala Dany Baca, Associate Partner de Servicios Forenses y Riesgos de Integridad de EY Perú.
Con el objetivo de que las empresas puedan prevenir la comisión de delitos y gestionar adecuadamente estos riesgos de integridad y cumplimiento, EY Perú presenta a continuación cuatro aspectos que deberían ser tomados en cuenta.
1. Fomentar el uso del canal de denuncias y el planteamiento de consultas: Es fundamental brindar a las personas la oportunidad de denunciar de buena fe sospechas de irregularidades, y procurar que se sientan seguras implementando mecanismos de protección contra represalias.
2. Implementar modelos estadísticos de medición de riesgos y señales de alerta: Debemos considerar el crecimiento de los volúmenes de datos como una oportunidad para ayudar a combatir los riesgos de integridad y cumplimiento, no como una amenaza. Medir estos riesgos dentro de una organización es posible si se implementan procesos de evaluación adecuados, participativos y basados en evidencia. Una buena práctica en ese sentido es utilizar data propia para detectar comportamientos irregulares y orientar la respuesta a prevenirlos e investigarlos, utilizando formas de recopilación de datos que respalden y se alineen con la agenda de integridad de la organización. Asimismo, es importante tener en cuenta que la identificación de señales tempranas, como cambios de comportamiento o conductas inusuales entre colaboradores, y la activación inmediata de mecanismos de prevención, pueden ser fundamentales para contener una crisis.
3. Fortalecer la cultura de integridad de la organización: Debemos entender que son las personas quienes tienen la capacidad de cometer fraude, no los sistemas o los procesos. En ese sentido, los mejores programas de cumplimiento se pueden quebrar si no existe una cultura de hacer lo correcto, por lo que la construcción de una sólida cultura de integridad es tan importante como la generación de un ambiente de control interno. Para fortalecer la cultura de integridad se debe continuar comunicando y creando conciencia, migrando de un enfoque de capacitación a un enfoque de educación; para que todos comprendan no solo el “qué”, sino también el «por qué» de la integridad en los negocios.
4. Tecnología para prevenir y actuar: La implementación de herramientas tecnológicas para reforzar los programas de cumplimiento se han vuelto indispensables. Estas soluciones no solo permiten detectar irregularidades, sino también prevenirlas y responder de manera eficaz cuando se materializan.