El 5G es percibido como la principal tecnología para las redes inalámbricas empresariales de la próxima generación, sin embargo las redes Wi-Fi 6 están tomando mayor relevancia y todo parece indicar que ambas tecnologías se complementarán para dar mejores resultados.
Según el informe elaborado por Deloitte, Predicciones de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones 2022; los dispositivos Wi-Fi 6 van ganando terreno e incluso registrarían más ventas que los de 5G. Durante el 2022, se espera vender alrededor de 2,500 millones de unidades de Wi-Fi 6, cifra superior a los 1,500 millones de dispositivos 5G según el reporte.
Diversas razones explican el resultado. Hoy los dispositivos Wi-Fi 6 son más asequibles que sus pares de 5G. Además la tecnología Wi-Fi 6 no requiere de licencia y utiliza un espectro gratuito a diferencia del 5G. La facilidad de implementación del Wi-Fi 6 también ha contribuido ya que es una tecnología que ya está establecida y que puede aprovechar su compatibilidad con versiones anteriores.
Otro factor que explica el despegue del Wi-Fi 6 es su familiaridad en comparación al 5G. Hoy la mayoría de áreas de TI ya conocen la implementación y operación de las redes Wi-Fi mientras que configurar una red 5G implicaría aprender algo nuevo que podría llegar a ser más complejo.
Complemento perfecto
A diferencia de generaciones anteriores de tecnología inalámbrica, Wi-Fi 6 y 5G están diseñadas para funcionar juntos y con ello el futuro se empieza a encaminar a un escenario donde los dispositivos pueden moverse entre todos los tipos de redes inalámbricas.
Según el estudio, en el que participaron 437 ejecutivos de redes inalámbricas, el 45% de las empresas están probando o implementando simultáneamente Wi-Fi 6 y 5G para sus proyectos. La tendencia se hace más clara en el mediano plazo pues el 98% de los encuestados estiman que utilizarán ambas tecnologías en los próximos tres años.
Por su parte, la inversión de las empresas también refleja la adopción de ambas tecnologías. Al tener capacidades similares pero también diferentes, las empresas esperan asignar el 48% del gasto de su red inalámbrica a Wi-Fi y el 52% a telefonía móvil.
Ambas tecnologías permiten mayores velocidades y menor latencia mientras que tienen diferencias como el alcance, el apoyo a la movilidad y el costo. Por ejemplo, Wi-Fi 6 y sus predecesores tienden a usarse para redes locales y pequeñas mientras que redes como 5G sirven para áreas más amplias y dispositivos que se mueven a lo largo de grandes áreas geográficas.
Para que la implementación de ambas tecnologías sea efectiva, las empresas deben determinar a qué escenarios de uso desean apuntar. Además, deberán comprender las capacidades específicas de cada tecnología e identificar los costos asociados para el uso más adecuado de cada una.