31 de Mayo del 2022

* Artículo original publicado en el portal de la Cámara de Comercio Americana. Elaborado por Heath Knakmuhs, vicepresidente y asesor de políticas del Instituto Global de Energía de la Cámara. Traducido y editado por AmCham Perú.

La Cámara Comercio de EE.UU. apoya firmemente la transición hacia fuentes de energía renovables y con menos emisiones de carbono. Reconociendo que casi todo lo que fabricamos, vendemos o hacemos depende de un suministro de electricidad confiable y asequible, también hemos dejado claro que esta transición debe ocurrir de manera consistente con el ritmo de la innovación para que la competitividad pueda seguir floreciendo durante esta evolución necesaria. Desafortunadamente, un reciente análisis realizado por el organismo de control oficial de la red eléctrica de EE.UU. indica que dicha transición puede estar superándose metafóricamente. 

La semana pasada, la Corporación de Confiabilidad Eléctrica Norteamericana (NERC) publicó su Evaluación de Confiabilidad (Verano del 2022). De acuerdo con el reporte, partes del país tienen un riesgo «alto» o «elevado» de escasez de energía eléctrica durante el pico de demanda de electricidad, ya sea por encima de lo normal o incluso normal.  

Fuente: NERC Summer Risk Assessment

Si bien esperamos lo mejor este verano, la impresionante proliferación de naranja y rojo en el mapa de evaluación es motivo de preocupación. John Moura, director de evaluación de confiabilidad y análisis de rendimiento de NERC, resumió sus conclusiones de manera bastante sucinta: «Es un informe aleccionador». Éste añadió: «Está claro que los riesgos se están extendiendo […] y el ritmo de transformación de nuestra red está un poco desincronizado con las realidades subyacentes y la física del sistema». 

¿Cómo llegamos aquí y cómo -en el corto y mediano plazo- movemos esas grandes áreas de vuelta al gris? Las respuestas y soluciones son multifacéticas; pero si el mapa de arriba no constituye una llamada de atención, el próximo corte de energía durante un caluroso día de verano ciertamente lo hará. 

Las empresas de servicios públicos propiedad de inversionistas tienen un fuerte compromiso con la electricidad limpia. De hecho, están comprometidos a hacer que nuestra electricidad sea lo más limpia posible, lo más rápido posible. Sin embargo, el sector de las empresas eléctricas aún no cuenta con las herramientas para operar de manera confiable una red de energía 100% limpia.  

Por eso, la Cámara de Estados Unidos ha priorizado la tecnología y la innovación. Abogamos enérgicamente por la aprobación de la ley y el financiamiento total de la Ley de Energía de 2020, diseñada para estimular el desarrollo y la comercialización de la próxima generación de energía nuclear, captura directa de aire y carbono, almacenamiento de energía, hidrógeno, geotermia, eficiencia energética y otras tecnologías renovables necesarias para descarbonizar completamente el sector eléctrico.  

Mientras tanto, la red necesita electrones de todas las fuentes como pueda reunir, especialmente con la demanda de energía postpandemia que crecerá este verano. Desafortunadamente, grupos de interés han frenado con éxito el despliegue de una amplia gama de recursos necesarios para mantener las luces encendidas, desde los abundantes recursos domésticos de gas natural -columna vertebral de las reducciones de emisiones de carbono del sector eléctrico- hasta nuevas líneas de transmisión; esenciales para facilitar la transición de energía limpia. Estos activistas impugnan de manera confiable las nuevas propuestas de gasoductos de gas natural, a pesar de que el gas natural es fundamental para equilibrar la producción intermitente de recursos solares y eólicos; y que dicha infraestructura podría algún día convertirse en conductos esenciales para el hidrógeno verde del mañana.     

Si nos encontramos con cortes de energía este verano, serán las compañías eléctricas las culpables de las molestias. Incluso es posible que se culpe a los propios esfuerzos de transición de la red de servicios públicos, un resultado desafortunado que podría socavar el apoyo público para el despliegue de energía limpia. Las compañías eléctricas están atrapadas en el medio, haciendo lo posible para facilitar una transición de energía limpia; y al mismo tiempo deben asegurarse de que las leyes de la física no socaven el servicio eléctrico confiable que todos damos por sentado. 

El gobernador de California, Gavim Newsom, resumió mejor este conflicto en respuesta la protesta de los activistas con respecto a la inclusión de US$ 5.2 mil millones en su presupuesto estatal propuesto para una » reserva de confiabilidad» que incluye apoyo para recursos de combustibles fósiles como el diésel y el gas natural, junto con financiación adicional para inversiones en captura y almacenamiento de carbono. Sin rodeos, el Gobernador respondió afirmando que “no tratamos con la ideología, tratamos con la realidad”.  

El trabajo de NERC es garantizar la confiabilidad de la red de la que todos dependemos. Independientemente de la combinación de energía futura preferida, ésta debe trabajar dentro de los megavatios, los factores de capacidad y las capacidades de intercambio disponibles en la actualidad para garantizar que los hogares y las empresas permanezcan energizados independientemente de la situación. Por lo tanto, NERC y la red eléctrica se ven obligados a trabajar dentro de la realidad.  

La evaluación de verano deja en claro que la transición energética impulsada por activistas puede estar adelantándose a las tecnologías que tenemos hoy para mantener la red confiable. Sólo respetando las realidades de hoy podremos mantener el apoyo público necesario para construir la red de energía limpia del futuro. Este debería ser un principio en el que todos podamos estar de acuerdo.