La brecha de género, un reto pendiente en las organizaciones
Fecha: 1 de octubre de 2018
En el Perú, la desigualdad de género en el ámbito laboral es un problema real, poniendo en continua desventaja a las mujeres. Ocupamos el puesto 48 de 144 países en el ránking 2017 de Brechas de Género del Foro Económico Mundial. Desagregando el mismo análisis, estamos en la posición 98 en igualdad de oportunidades económicas, 82 en oportunidades educativas, 49 en el ámbito de salud y 33 en empoderamiento político.
Asimismo, de acuerdo con INEI 2015, a nivel salarial, la brecha entre hombres y mujeres es de 29.7% teniendo el mismo puesto e incluso pese a que la mujer le dedica más horas semanales al trabajo total. Por ello, hacer frente a esta realidad es un reto que tenemos las organizaciones. Estamos llamados a frenar estas injusticias que existen entre personas con las mismas habilidades y formación, solo diferenciadas por sexo.
Si bien en los últimos años hemos visto en el sector empresarial un cambio de conciencia, aún queda mucho camino por recorrer y en eso debemos trabajar todos. Desde las empresas de sectores donde la participación femenina aún es cuestionada, empresas de diferentes niveles de facturación y, por supuesto, en instituciones públicas, a través de leyes y políticas para fomentar la empleabilidad de mujeres. Todos, desde los más grandes hasta los más chicos, debemos comprometernos a liderar el cambio hacia la equidad, donde cada vez sean más las mujeres tengan la oportunidad de desarrollar sus capacidades profesionales y personales en un ambiente de igualdad.
Obviamente, las diferencias entre hombres y mujeres existen, las cuales no son mejores ni peores, simplemente son distintas. Por ello, una organización que desee tener éxito debe contar con líderes masculinos y femeninos, cuya integración y complementariedad represente el logro de objetivos. Equipos diversos, integrados por hombres y mujeres, toma mejores decisiones. Además, a nivel de liderazgo, contar con mujeres en puestos visibles ayuda a que miles de jóvenes se motiven y cuenten con modelos a seguir.
En AmCham Perú, por ejemplo, hemos formado este año el comité de Diversidad, compuesto por más de 15 empresas socias de la Cámara. Este es el primer comité de un cámara binacional orientado a temáticas de inclusión de Perú, que nace con la misión de fortificar este concepto como parte de la estructura corporativa, haciendo énfasis en el diálogo abierto y los estilos de trabajo incluyentes. El comité promueve el empoderamiento de los diferentes grupos de la población, como elemento fundamental para el desarrollo de talento, mayor rendimiento empresarial y crecimiento económico de nuestro país.
Un estudio del McKinsey Global Institute del 2015, reveló que el PBI mundial crecería 26% al 2025 en un escenario potencial donde las mujeres desempeñen un papel igual al de los hombres en los mercados de trabajo. Además, según cálculos del Banco Mundial, los países donde las niñas tienen pocas oportunidades educativas y tienen que enfrentar obstáculos para completar 12 años de educación, pierden entre 15 y 30 millones de dólares en productividad e ingresos a lo largo de toda la vida.
No debemos permitir que la desigualdad de género siga siendo impedimento en el progreso mundial. Es necesario un cambio de paradigma desde la educación, pues lamentablemente gran parte de los «techos de cristal» que afectan a las mujeres han sido transmitidos culturalmente. Por lo dicho, la equidad de género debe ser parte de la agenda de las organizaciones privadas y públicas en el Perú. Esto puede ser impulsado a través de mecanismos que impacten en aspectos como el reclutamiento, retención del talento, franjas salariales y conciliación trabajo-vida.