Sala de prensa

¿Qué nos pasa? A propósito de los octógonos

Por Milagros Gómez Sánchez Cannani, socia senior CPB Abogados
28 de marzo 2019

Hace poco estaba leyendo un artículo que escribió un conocido médico a raíz que el pasado 28 de febrero el Ministerio de Salud aprobó los “Lineamientos para la promoción y protección de la alimentación saludable en las instituciones educativas públicas y privadas de la educación básica” y hubo una parte en dicho artículo que llamó mi atención relacionado al agradecimiento que hacía este médico a los octógonos de advertencia (sistema de etiquetado de alimentos) que serán obligatorios en nuestro país desde el próximo 17 de junio, esto en relación con el Manual de Advertencias Publicitarias en el marco de lo establecido en la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable.

Recordemos que los alimentos procesados que se vendan en el Perú deberán llevar etiquetas en forma de octógonos en la parte frontal del envase, advirtiendo si el producto contiene un exceso de azúcares, grasas, sal o grasas trans.

Esto me llevó a preguntarme si realmente debía haber un agradecimiento especial para los famosos “octógonos”. Hay un artículo de otro médico también mediático quien en vez de agradecer la existencia de tales octógonos, no está a favor de ellos, señalando que el único país donde se aplica es Chile y fácilmente podía ser evadido. “(…)Por ejemplo, si un producto es considerado alto en azúcar con 23 gramos, solo bastaría reducir su fórmula a 22 gramos para liberarse de los sellos de advertencia de los octógonos (…)”[1]

Ante esto, ustedes se preguntarán ¿Quién de los dos profesionales tendrá la razón? Como recordarán nuestro país quiere ser parte de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), por lo que esta organización tendría que haberse pronunciado al respecto. En efecto, está el documento denominado “Obesity Update 2017”.

De este informe se desprende que la obesidad es un problema alarmante. “(…) las proyecciones de la OCDE estiman que las tasas de obesidad seguirán incrementándose al menos hasta el 2030, sobre todo en los EE.UU., México y Reino Unido donde se estima que el 47%, 39% y 35% de la población (respectivamente) serán obesos para el 2030 (…)” [2]

Ante esta situación, dicho informe hace mención a algunas acciones para combatir y frenar el crecimiento de la obesidad, enfocándose principalmente en políticas de comunicación, como por ejemplo contar con un etiquetado claro y veraz de los productos alimenticios y bebidas, educando a los consumidores a interpretarlo.

La OCDE en este informe cuando hace referencia al etiquetado de alimentos, señala que hay diferentes formas de implementarlo, entre ellos, el etiquetado nutricional (nutrient lists on package food), el etiquetado frontal con advertencias (compulsory front of pack warning labels) que en Chile fue aprobado en el año 2016 bajo el sistema de octógonos, el etiquetado semáforo (“traffic-light” systems), el etiquetado de estrellas (NutriScore labels, the “Health Star Rating” system) etc.

Es importante destacar que si bien este informe de la OCDE no recomienda la implementación de un sistema de etiquetado en especial, si resalta un par de ellos: A continuación lo que dice la OCDE sobre el particular “(…) La evidencia sugiere que los sistemas de ‘semáforos’ nutricionales potencialmente pueden incrementar en 18% el número de personas que eligen una opción más saludable y propician una reducción de 4% en el consumo de calorías (…)”. “(…) Según un experimento de diez semanas sobre el etiquetado de alimentos en 60 supermercados de Francia, la etiqueta NutriScore de cinco colores fue el sistema de etiquetado nutricional más efectivo entre los estudiados, resultando ser el elegido para ser implementado en todo el país desde abril del 2017 (…)” [3]

Veamos ahora como le va a Chile con su etiquetado usando el sistema de octógonos. El médico conocido en nuestro medio que tiene especial agradecimiento a los octógonos ha señalado que “(…) No hay duda de que el impacto que está teniendo la implementación de los octógonos sobre la salud pública chilena es impresionante, y es muy positivo que la industria de alimentos de ese país se esté adaptando a producir productos más saludables (…)”[4]. Sin embargo, el Centro de Estudios e Investigación Privado Libertad y Desarrollo de Chile ha establecido lo siguiente:

“(…) A dos años de la implementación del Reglamento de Etiquetado de Alimentos, se han levantado algunos estudios y/o análisis preliminares que pretenden evaluar los efectos que ha tenido esta normativa en nuestro país.

Es apresurado concluir, en virtud de los resultados que arrojan los estudios, que la normativa ha sido exitosa.

Debiera perfeccionarse la información que se entrega a los consumidores y fomentarse políticas públicas más educativas para que sean ellos quienes, responsablemente, asuman las consecuencias de sus decisiones. (…)” “(…) Los estudios no dan luces respecto de cuáles son los sustitutos a los que recurren las personas que evitan los alimentos con sellos. Además, tomando en cuenta que la gran mayoría de los alimentos que consume la población no está afecta a sellos, es difícil determinar la efectividad de esta política pública (…)”[5]

Como se puede apreciar, si la OCDE resalta con evidencia un par de sistemas de etiquetados de alimentos, entre los cuales no están los octógonos, la mayoría de los países de la OCDE usan el etiquetado nutricional y luego de dos (2) años en Chile aun no pueden concluir que la normativa sobre el uso de los octógonos sea exitosa, me pregunto entonces ¿Por qué en el Perú insistimos en utilizar este sistema de octógonos?. ¿Qué nos pasa? Podría seguir proporcionando información sobre el particular pero me gustaría destacar que más allá de los sistemas de etiquetados razonables y adecuados, la educación integral con valores es y será siempre la clave del éxito en una sociedad.

El mencionado reporte de la OCDE “The Obesity Update 2017 indica lo siguiente “(…) La desigualdad social, la falta de oportunidades para educarse y las diferencias de género, también se manifiestan en el problema de la obesidad. En aproximadamente ocho de los países de los que se tiene información confiable, las mujeres menos educadas son entre dos y tres veces más propensas a desarrollar sobrepeso, que en las naciones en las que las mujeres tienen un mayor nivel educativo.[6] ¿Acaso es tan difícil entenderlo?

 


[1] “Semáforos, Octógonos y Evidencia” publicado en el diario El Comercio

[2]  “The Obesity Update 2017”

[3] IDEM

[4] “Octógonos de advertencia ¿Cómo le fue a Chile con este etiquetado de alimentos procesados” publicado en el diario El Comercio

[5] “Evaluaciones sobre la Ley de Etiquetado de Alimentos: A punto de incluir mejoras” Libertad y Desarrollo – Temas Públicos N° 1380 – 7 de diciembre de 2018.

[6] “Código” La Revista de Canifarma.